domingo, noviembre 25, 2007

Al final del arcoiris


encontré más que el tesoro pesado en oro, encontré a un ángel que decidió seguir fielmente los pasos que iba dejando detrás. Me observó de cerca, se acercó a mi oído y me susurró "se libre como un jabalí, ama todo, ama cada estrella y cada piedra".
Luego un día encontré algo simplemente sencillo y hermoso "La canción que me pediste, la compuse y aquí está; cántala bajito y triste: ella duerme (para siempre); la canción la arrullará. Cántala bajito y triste, cántala..." y supe que es el mismo ángel me había dirigido tomado de la mano para escribir sobre el amor. Así quedó esto...

Como el amanecer busca el sol
Al tiempo que el horizonte ve nacer
El encuentro de mi mirada en la tuya

Mi razón se nubla en tu búsqueda

Como dos gotas de mercurio
Obligadamente se hacen una
Su esencia en alquimia pura

La mía definida en tu sonrisa

Como el soldado fiel
Acude al campo de batalla
A encontrar la victoria o su caída

Mi amor toma sentido en la conquista

Como la oscuridad de la noche
Abre al soñador constelaciones
Dándole brillo a su desgastada pluma

Esperanza a mi constante súplica

Como el aullido del lobo
Cruza la montaña y más allá del valle
Reúne presta a la manada

Tus tacones en frescura rítmica.

Como el oleaje perpetuo
En el mar azul profundo
De siglos anteriores y eternos

Simplemente te amo.

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