miércoles, abril 04, 2007

A veces

A veces pienso en ti, era tan agradable estar contigo y sin saberlo me encariñé mucho. Pero la vida es así, es cambiante y sino fuera por eso que emoción tendría el vivirla. Si mi abuelo volviera a tener mi edad tal vez no haría ciertas cosas, o tal vez no podría adaptarse a la vorágine del hoy moderno. Esta vida sólo me toca vivirla a mi, a nadie más, soy yo quién debo de equivocarme, de negociar con la vida, de sacarle provecho, de dar sin esperar recibir y luego aprender y encontrar que al final fui yo quién más ganó, quién se llevó la mejor parte. Tú eres fantástica y eres una tentación de compañía, contigo no perdí tiempo, gané energía, me gané la lotería, gané a una amiga tal vez. Y ni puedo decir que hoy eres mía o que lo fuiste, si ni siquiera se si tú te perteneces, si al menos pudiera en mi propia experiencia decir que tan todo soy yo quitando créditos a lo que me rodea. Eso somos, lo que nos rodea, nuestro ambiente que hemos aprendido a través de los cinco sentidos, a través de la lógica y el raciocinio, el estado de ánimo influíble de acuerdo a estándares y metas puestas por agentes ajenos y no tanto, pues muchas tienen su origen en nuestra naturaleza humana, naturaleza egoísta, egocéntrica, de posesión y poder.

En la ruleta de la vida tienes con seguridad ganado a todas luces un merecido agradecimiento por ser tú, dame una sonrisa al menos, no es cierto? Dime ahora a quién le echamos la culpa; destino jodido y adorable, que sería de mi sin tu intrigante vaivén. Maldita sea.

A veces mi alma se devora y vuelvo a surgir con cicatrices, pero vuelvo y con hartas ganas de estar vivo. No podías irte sin saberlo, que a veces mi alma se devora.
Mi alma se devora en el vasto llano
Mientras la primavera abre en flor
Ni el velero sombrío echó sus anclas
Quedó a la deriva, quimeras a tus plantas

Los campos de trigo dorado espigan
Mi ánimo quebrantado por una boca
Que me dio poco y nada
Besos repartidos ya que uno no basta.

En la azul alborada te confieso
Fuiste tú agua de bosque fresca y clara
Así te escurriste en un aliento
Mucho antes que mi sed fuera saciada

Aún nos queda el verano tempestivo
Con cascadas, niños y sus gritos
Dime si la infantil mirada no te embriaga
De locura, de pasión por la vida enamorada.

Torcida enredadera en la tapia alta
Asómate en su mundo de fantasía y sueños
Dime si me viste retorcido en sus mañanas
Bañado aún en su rocío

Entre nieblas y a tientas dirige ya tus pasos
Ámame como te pude amar algún día
De haberme yo quedado a tu lado.